Sara

 

Las cuevas de Sare (Sarako leizeak en euskera y Grottes de Sare en francés) se encuentran en la comuna francesa de Sare, en el territorio histórico de Lapurdi, en el departamento francés de los Pirineos Atlánticos. Comenzaron a formarse hace unos 100 millones de años y comenzaron a ser pobladas durante el periodo prehistórico musteriense hace unos 45.000 años. Se sabe que desde elNeolítico hasta la Edad del Bronce la cueva de Lezea (una de las más importantes del conjunto) fue habitada por comunidades agricultoras y ganaderas gracias a los restos cerámicos y óseos. 

Las cuevas tienen relación con la mitología vasca, ya que fueron objeto de leyendas y fueron escenario de las persecuciones sobre presuntas brujas en la región durante el siglo XVII. Guardan mucha relación con las Cuevas de Zugarramurdi, usadas para los mismos fines en esa época. Actualmente están abiertas al público y son el tercer centro turístico en número de visitantes del País Vasco francés.

Además de su espectacularidad geológica, los 900 metros de galerías subterráneas de las Cuevas Prehistóricas de Sara.

En las profundidades de la tierra, oirán el eco de una aventura que dura milenios. Los primeros humanos modernos habrían habitado este espacio hace 30.000 años; pero también el oso de las cavernas, que ustedes encontrarán en el recoveco de una galería.

Así como la geología resulta omnipresente en las concreciones, los pozos, las gargantas y el río subterráneo, también la historia y la mitología resuenan como un eco en las paredes de la cueva. Podemos imaginar a la Emperatriz Eugenia de Montijo y a Napoleón III deambulando en las amplias galerías, acompañados de su séquito. Nos cautivará el susurro de las lamias, genios de las aguas que se esconden tras las rocas, y el murmullo del agua que erosiona lenta pero incesantemente la piedra.

Pero las Cuevas de Sara son también un lugar dedicado a la memoria de José Miguel de Barandiaran. Este sacerdote, etnólogo e investigador, uno de los más grandes antropólogos del siglo XX, consagró toda su vida al estudio del pueblo vasco, y muy particularmente a las Cuevas Prehistóricas de Sara.

 
 
Podémos apreciar los murciélagos en su interior.